Lesiones cerebrales traumáticas en jugadores de deportes de alto impacto.

August 1, 2017 | Por: Psic. Edgar Peña Rodríguez M.D.U Director Científico Neurocom Group Colombia

 Photo by Hermes Rivera on Unsplash
Continúa en incremento la frecuencia de casos de Lesión Traumática Cerebral (TBI en inglés) y desenlaces fatales  en practicantes de deportes de alto impacto como fútbol americano, boxeo, hockey y más recientemente en jugadores de fútbol soccer. En ese último caso, los daños secundarios a las isquemias e hipoxias derivados de las conmociones cerebrales repetidas ocasionadas por la práctica de la interceptación y cabeceo inapropiado del balón y los golpes entre jugadores sin ninguna protección, han venido ocasionando cada vez mayores casos de deterioro cognitivo temprano con pérdida de memoria, desatención, desorientación y cambios emocionales como enojo frecuente, intolerancia e hiperreactividad.

En casos más severos, la TBI continuada se convierte en un predecesor de accidentes cerebro vasculares, síntomas de Alzheimer y de muerte repentina por serios daños  en la irrigación sanguínea cerebral.

Experimentos con jugadores de fútbol a quienes se les ha puesto en la práctica del cabeceo del balón durante 10 mins, demuestran una significativa reducción de desempeño de funciones mentales ejecutivas en comparación con deportistas semejantes a quienes se les miden las mismas funciones pero no se han expuesto a dicha práctica. Incluso, su completa recuperación solo viene a observarse hasta 24 horas después de la disminución de la inflamación cerebral causada por los golpes repetitivos del balón.

Poco conscientes somos los seguidores del fútbol sobre las situaciones por las  que cerebralmente está atravesando un jugador después de recibir múltiples impactos, cuando criticamos su desempeño  en el campo de juego por responder agresivamente ante las provocaciones de un rival o por pegarle de la forma más inapropiada al balón o desconocer la presencia de un compañero en mejor posición para realizar una jugada exitosa.

Por el momento, la principal recomendación es no someter a niños menores de 11 años a fuertes entrenamiento de sesiones completas de cabeceo de balón, aprender a interceptar y direccionar el balón con base en el fortalecimiento de los músculos del cuello y practicarse periódicamente evaluaciones de desempeño cognitivo para identificar posibles afectaciones de la exposición continuada al TBI, sobre todo en jugadores profesionales.

Próximamente publicaremos los resultados de recuperación de funciones ejecutivas, ciclos de sueño, autocontrol emocional y reducción de episodios convulsivos de un destacado y reconocido futbolista colombiano, quien participó en el proyecto piloto de entrenamiento cerebral para deportistas de fútbol profesional llevado a cabo en Neurocom Group.

Fuente : http://jamanetwork.com/journals/jamaneurology/article-abstract/2635831