ANGELA MARIA MOLANO ALVAREZ

Psicóloga clínica

Coordinadora Atención de Adultos y Directora de la Escuela de Padres

Mindfulness significa “prestar atención al momento presente de manera intencionada y sin juzgar” (Kabat-Zinn, 2009, citado por Ponce, 2018) y es una práctica que recientemente ha cobrado gran relevancia dentro del campo de la psicología clínica para la regulación emocional y en general, para mejorar la calidad de vida de las personas.

Diferentes investigaciones indican que la práctica habitual de mindfulness permite desarrollar comportamientos adaptativos y efectivos según las demandas que se nos presentan. Esto, en consecuencia, nos permite ser más resilientes, auto-regulados y productivos.

Adicionalmente, desde el campo de la neurociencia, Davis y Hayes (2011) han encontrado que esta práctica permite: a) reducir tendencias rumiativas (reducción de pensamientos repetitivos negativos, catastróficos y/o pesimistas), b) aumentar capacidad atencional, c) reducir sintomatología ansiosa o depresiva, d) aumentar la memoria de trabajo, e) aumentar la flexibilidad cognitiva, f) disminuir la reactividad emocional y g) mejorar las capacidades comunicativas.

Debido a los beneficios mencionados anteriormente, el mindfulness se ha utilizado en diversos contextos y con diferentes grupos poblacionales, como por ejemplo padres y/o cuidadores de niños con alteraciones en el neurodesarrollo, quienes frente a una práctica habitual, han logrado:

• Reducir niveles de estrés, así como la percepción con respecto a la manera en que perciben las situaciones que viven.
• Aumentar la capacidad de aceptación frente a la situación que viven, lo cual permite una mayor movilización frente a lo que necesita su hijo (visión amplia y real), en lugar de quedarse en pensamientos negativos o culpabilidades.  Esto, a su vez, aumenta la tolerancia a la incertidumbre.
• Incrementar la autocompasión, es decir, ser consciente de las emociones que están presentes, así como de las propias necesidades. Esto, permite el fortalecimiento propio, en la medida en que es posible reconocer limitaciones y puntos fuertes del rol parental.

Este tipo de práctica se puede potenciar a través del uso de neurotecnologías que permite la regulación de patrones eléctricos cerebrales relacionados con alteraciones emocionales. En Neurocom ofrecemos un moderno sistema de entrenamiento que combina dispositivos altamente seguros, controlados y efectivos, manejados por personal altamente calificado, idóneo y comprometido con la mejora y bienestar de nuestros consultantes y sus padres o cuidadores.

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REFERENCIA:

Ponce, R. (2018). Mindfulness y familias con hijos con necesidades especiales. Un entrenamiento para afrontar el estrés y encontrar la calma. Riberdis (23), 77-95. Tomado de http://riberdis.cedd.net/handle/11181/6198